martes, 8 de septiembre de 2020

vínculos en épocas de virtualidad

Los vínculos en épocas de virtualidad

Para comenzar hablar sobre está temática que nos atraviesa a todos por igual, empezaré dando una pequeña definición de los conceptos  "vínculos" y "virtualidad".
El concepto vínculo se refiere a la Unión o relación no material, especialmente la que se establece entre dos personas. Por el otro lado, esta el concepto de virtualidad  que es una nueva forma de relación entre el uso de las coordenadas de espacio y de tiempo, supera las barreras espacio temporales y configura un entorno en el que la información y la comunicación se nos muestran accesibles desde perspectivas hasta ahora desconocidas al menos en cuanto a su volumen y posibilidades. La realidad virtual permite la generación de entornos de interacción que separen la necesidad de compartir el espacio-tiempo, facilitando en este caso nuevos contextos de intercambio y comunicación.
La psicóloga María Cristina Rojas explicó en el coloquio internacional sobre Culturas Adolescentes que la virtualidad "da  lugar  a  la  exploración  colectiva  de  sensaciones  sólo  mentales  o imaginarias  y  colabora  así a  desalentar aquella  ferviente  búsqueda  moderna  de  autenticidad,  del ”verdadero  yo”, diversificado  en  estos  juegos  en  que  personalidades  múltiples  pueden  ser  creadas  y  “vividas”  con  simultaneidad".
Una vez dada una pequeña introducción sobre el tema, nos preguntamos a qué se refiere está frase "Los vínculos en épocas de virtualidad".
En la actualidad todos vivimos entre pantallas, es decir estamos constantemente a estar con el teléfono celular, tablet o computadora para todos lados, y más aún el celular, no importa la edad, raza, sexo o color, es inevitable que no te sumergas en un teléfono para chatear, ver videos, jugar, informarte, etc. Esta nueva época de virtualidad o mejor dicho "paradigma tecnológico" nos a traviesa a todos por igual. Ya se perdió la costumbre del hablar cara a cara, o ver la televisión o una película en familia, la era moderna fue desterrada por la nueva era de la información y las comunicaciones online.
Otra  temática  fuertemente  ligada  a  la  era  de  las  pantallas  es  la  cuestión  de  la  realidad  y  la  ficción. Quien se  vincula  con  la  imagen  es  un  yo  ciertamente  ficcional,  sin  relaciones  y  por  ende,  de  precaria  identidad,  un  yo que  a  veces  podrá  quedar  absorbido  por  el  mundo  de  imágenes  en  el  cual  él  cree  poder  encontrarse  y reconocerse. Es  decir,  las  relaciones  transitorias  e  inestables,  junto  a  cierta  pregnancia  de  vínculos  a  distancia y  la  inmersión  en  la  imagen,  acentúan  el  desarraigo  de  una  identidad  que  requiere  la  pertenencia  a configuraciones  vinculares,  algunas  de  ellas  estables,  para  su  construcción  y  sostén:  subsiste  entonces  un  yo inconsistente  que  corre  el  riesgo  de  diluirse  en  el  juego  de  los  espejos.
Las personas son dependientes de los aparatos tecnológicos, cómo dijimos de los celulares, a tal punto que lo tenemos naturalizado e internalizado que estamos cada 5 minutos el celular para saber si tenemos un mensaje de texto o solo para ver la hora.
La  presencia  constante  de  imágenes prefabricadas  ocupa  además  espacios  de  atención  que  se  restan  al  contacto  directo,  visual  y  verbal,  con  los  otros de  la  Vida  Real:  también,  los  otros  del  parentesco.  Por  ejemplo,  las  pantallas  suplantan  con  suma  frecuencia  la narración  de  cuentos u otras formas de contacto  humano  directo  que  acompañaran  el momento  del sueño  de  los niños  en  modelos  familiares  previos.